Mujeres en La Habana Vieja (foto: victoria aldunate) |
Cuba: feminismo lésbico, trans, queer…notas compartidas
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Teresa de Jesús Fernández
¿Qué cambios implica el ser feminista lesbiana, bisexual,
trans, queer…?
Vivimos en una sociedad machista, donde las mujeres, aún con
todo lo que se ha avanzado, siguen estando subordinadas. Todavía vivimos en un
mundo sexista, androcéntrico y por demás violento. Por eso yo creo que
cualquier mujer está en condiciones de ser feminista como reacción a esa
sociedad patriarcal. Esto se complica cuando, además de feminista, se es
lesbiana.
El lesbianismo se ha estigmatizado mucho, se ha escondido y
en nuestro contexto no hay investigaciones sobre la homosexualidad femenina
como existen sobre la masculina. La lesbiana más aceptada es la que responde a
un tipo de feminidad, un estereotipo muy ligado a la imagen que de la mujer
impone la ideología patriarcal
CENESEX, Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba |
.
Ha sido muy fácil invisibilizar y estigmatizar el
lesbianismo. Ha sido fácil crear la imagen de la lesbiana negativa como esa
mujer poco femenina, esa mujer hombruna y fea que no se somete ni responde al
modelo que el patriarcado ha concebido o considera como ideal de mujer; porque
para el patriarcado la mujer tiene que existir en función del hombre, su rol
principal es reproducirse, es una vagina que concibe hijos. Frente a estos
presupuestos, la lesbiana—al no incluir al hombre en sus relaciones eróticas y
emocionales— rompe con el papel históricamente asignado, pues a veces a las
mujeres lesbianas no les interesa cumplir con ese rol, que no significa que las
lesbianas no quieran ser madres. Existen muchas lesbianas a quienes les
interesa ser madres y, además, viven la maternidad con plena conciencia y goce,
no porque les toca, ni para estar socialmente adecuadas.
El beneficio, a nivel personal, es sobre todo la libertad.
Yo me siento una mujer mucho más libre que otras, no siento ataduras. No tengo
que rendir pleitesía porque sé plenamente quién soy, sé qué mujer soy y qué
mujer quiero ser, no tengo que tributar a un modelo que me esclaviza, soy
consecuente, porque si no ¿de qué feminismo estamos hablando?. Para mí el saldo
es muy positivo, soy la persona que quiero ser.
Anabel Mitjans Alayón
Me acerqué a los pensamientos feministas desde muy temprana
edad, pero fue en la universidad cuando comencé a interesarme y enfocarme como
profesional en la producción teórica feminista, principalmente en el
pensamiento feminista negro, entre cuyas cultivadoras se encuentran Audre
Lorde, Gloria Anzaldua, Patricia Hill Collins, Kimberly Crenshaw, Cheryl
Clarke, entre otras feministas.
Por otro lado, estas lecturas me llevaron a acercarme a la
comunidad del hip hop en Cuba y su discurso de emancipación racial. Allí conocí
la obra de Las Krudas, principalmente los temas "La gorda" y
"Metía", que cambiaron completamente mi vida. Luego las conocí a
ellas y desde entonces han sido mis tutoras, mis maestras y amigas. Ellas me
introdujeron en el mundo del activismo feminista antirracista y anticlasista,
queer, ecológico; en fin, una de las expresiones del mundo feminista más
radicales de Latinoamérica y Estados Unidos. Gracias a ellas comprendí la
brecha tan grande que existe entre la academia y el activismo feminista,
principalmente en Cuba, donde gran parte de la producción académica se ha
limitado a los estudios de género, y los estudios y los discursos feministas
quedan cada vez más en el ostracismo.
La producción historiográfica sigue potenciando la vida,
obra y procesos históricos dirigidos por hombres, blancos, ricos o
pertenecientes a la clase media. Ello implica un profundo desconocimiento,
sobre todo por parte de las generaciones más jóvenes, de la importante
participación de sujetos sociales provenientes de los barrios más pobres,
madres solteras, afrodescendientes, lesbianas, bisexuales, queers, personas
trans y sus aportes a la historia y cultura de nuestro país; y, por lo tanto,
el incremento de la enajenación política de estos sujetos.
Para mí, el proceso de autoreconocerme como feminista queer
negra, activista y profesora implica un cambio de actitud con respecto a mi
comunidad, mis estudiantes y mi sociedad. Principalmente, me interesa conmover
las estructuras heteropatriarcales de la academia cubana, promover un
pensamiento feminista descolonizador entre mis estudiantes y “amigues”, luchar
contra la heteronormatividad y el pensamiento colonialista racista y clasista
que predomina en nuestra sociedad y, finalmente, luchar contra mis propios
demonios, descolonizar mi mente y mi cuerpo de esos mismos prejuicios para mi
bienestar y el de las personas que me rodean.
Reconocerme como queer, lesbiana, trans y afrodescendiente
me ha permitido solidarizarme con otras luchas sociales como el movimiento
ecologista y el movimiento por los derechos de los animales, el derecho a tener
acceso a una alimentación saludable. Una vez que vas comprendiendo cómo
funcionan los sistemas de opresión que frontalmente te oprimen, te das cuenta
de otros muchos que influyen sobre ti y sobre la sociedad.
Odaymara Cuesta y Olivia Prendes
Si te refieres al cambio desde una existencia heterosexual
normativa hacia una existencia feminista trans lésbica bisexual queer o no
heterosexual, pues son muchos; primero internamente, donde estás determinando
qué quieres hacer con tu vida y, sobre todo, qué no quieres hacer. Me refiero a
la desobediencia al ''deber ser '' que nos impone el sistema, la negación a lo
impuesto desde la infancia por el género que nos asignan al nacer,
prejuzgándonos solo por nuestra genitalidad. Socialmente, nuestra tarea es
construir esa persona que sí quiero ser y buscar a quienes coincidan con mis
ideales y prácticas para no perdernos en la soledad antisistémica. Deberíamos
concentrarnos en crear nuestra cosmovision y praxis, pero la opresión es tan
supremacista que no nos permite ignorarla y por eso mucha de nuestra energía
debe enfocarse en negar o combatir las injusticias de la historia y de la
actualidad. No basta con las experiencias, las inclinaciones sentimentales o
físicas; necesitamos acceso a la educación y a la información en estos temas
LGBTI (lesbianas, gays, bisexualtes, transgénero e intersexuales).
A su criterio, ¿cuáles presupuestos del feminismo no
debieran faltar en la lucha contra la discriminación por orientación sexual e
identidad de género?
Teresa de Jesús Fernández
Lo primero que tiene que existir es la plena conciencia de
quiénes somos y el significado de las palabras. El significado de la palabra
inclusión, respeto, elegir libre y democráticamente tu orientación sexual;
pero, sobre todo, entender que esa es una actitud ante la vida. Se trata de una
mirada crítica, vivir a plenitud siempre tratando de no tributar al poder
heteronormativo patriarcal.
Anabel Mitjans Alayón
Como expresé anteriormente, el feminismo negro y la crítica
afrodescendiente de la teoría queer son mis principales presupuestos teóricos.
Para estas corrientes de pensamiento, la lucha contra la discriminación no debe
simplificarse en solo un tema o una sola forma de opresión social; los temas de
la homofobia, la transfobia y lesbofobia no deben verse separados de otros
sistemas de discriminación como el racismo, el predominio de la ideología
burguesa colonialista blanca, la misoginia[S1] , el sexismo, el clasismo, la
homonormatividad, la contaminación del miedo ambiente, la geofagia de las
grandes transnacionales, la comercialización de los discursos de izquierda y su
consecuente mercantilización.
Una de las principales críticas que tengo hacia la
producción académica que aborda los estudios de género es la progresiva
separación con los movimientos feministas. Ello ha estado estrechamente
vinculado con la demonización del feminismo en la pasada década de los sesenta.
Muchos líderes revolucionarios tildaron a los movimientos feministas como parte
de las políticas liberales de la ideología capitalista. De esta forma, además
de ser reconocido como políticamente incorrecto por las instituciones
gubernamentales, se reforzó una imagen negativa sobre las feministas y los
feministas en los imaginarios populares latinoamericanos.
Desde que estudiaba Historia en la universidad , en mi
centro de trabajo actual, en reuniones con otras mujeres, en conversaciones con
activistas, raperas, académicas, profesionales, frecuentemente escucho que el
feminismo y el machismo son lo mismo desde dos puntos de vista diferente.
Otra expresión muy frecuente en la sociedad y en los
círculos intelectuales es que las feministas son todas unas lesbianas, peludas
y mujeres que odian a los hombres. Con esa fama es muy difícil captar la
atención de las personas jóvenes, crear una plataforma política feminista que
logre popularidad y menos aún conseguir el respaldo de las instituciones
gubernamentales.
El feminismo en Cuba necesita crear importantes lazos entre
las académicas y las activistas para lograr una visibilidad perdida. Cuba tiene
una larga historia en el movimiento feminista latinoamericano, recordemos la
lucha feminista por el derecho de las mujeres al divorcio, legalizado en 1918;
los Congresos Feministas; el logro del derecho a votar en 1934; el
enfrentamiento de los grupos feministas a la dictadura batistiana y las batallas
ganadas durante la Revolución: la legalización del aborto, los círculos
infantiles, la licencia por maternidad, los altos índices de mujeres
profesionales.
Sin embargo, los movimientos de mujeres que actualmente
están emergiendo necesitan crear alianzas entre sí y con otros movimientos
sociales, especialmente reconociendo y celebrando las diferencias. Las mujeres
blancas y afrodescendientes debemos luchar contra nuestros prejuicios internos,
reconocer la ideología heteronormativa en la cual hemos sido criadas, la
misoginia, el racismo y la lesbofobia y la homonormatividad interna, que son
los principales muros de separación entre nosotras.
Otra crítica que tengo con respecto al feminismo en Cuba es
el continuado uso de la categoría "género" como una categoría vacía,
sin una intención política, convirtiéndose más en un instrumento de status quo
y de normalización, que de descolonización política del cuerpo y de las
sexualidades.
Julieta Paredes, una feminista boliviana, expresó: "el
género constituye una categoría relacional que denuncia y devela la
subordinación impuesta por el sistema patriarcal a las mujeres". Para
ella, el género es una categoría política revolucionaria de denuncia, de una
injusta, opresora y explotadora relación impuesta por los hombres sobre las
mujeres. Añadía que esta categoría está perdiendo su esencia revolucionaria, ya
que ha sido utilizada por muchas mujeres de clase media en Latinoamérica para
aliarse a las políticas neoliberales.
La utilización del concepto de Julieta Paredes de género en
nuestra sociedad debe incluir un cuestionamiento más profundo sobre lo femenino
y lo masculino, ya que existen muchas feminidades y masculinidades y otras
identidades de género que esta categoría debe incluir en su rol de denuncia, y
quienes la encarnan han sido históricamente personas invisibilizadas y
oprimidas.
Siguiendo el hilo de esta feminista, quiero resaltar que en
nuestro país la utilización de la categoría género ha creado cátedras de
estudio en universidades, carreras profesionales, ONGs; sin embargo, su impacto
en las comunidades, en las estructuras de pensamiento heteropatriarcal y en las
políticas estatales no se ha comportado de la misma forma.
El pago de la manutención de los hijos por los padres sigue
siendo de 40 pesos cubanos, sin cuestionar el costo de la canasta básica de
manutención de los niños y adolescentes, dejando el grueso de la manutención
económica de los hijos a las madres.
Pese a que el Estado está llevando a cabo una política de
sensibilización por la diversidad sexual, las fiestas gay son de los espacios
más caros en nuestra isla. Se están socializando los comportamientos
homonormativos donde prevalecen una ideología blanca, de clase media y con una
educación profesional…en fin, incluso en Cuba se está fomentando la cultura del
hombre blanco, gay, con dinero y una presentación muy masculina. Todo lo que
salga de esos valores está siendo muy discriminado, especialmente las mujeres
lesbianas con una presentación de género masculina, las mujeres trans y los
hombres gays que transitan entre el travestismo y distintos modos de feminidad.
La mayor parte de las acciones que realiza el Centro
Nacional de Educación Sexual (Cenesex) están enfocadas hacia una población gay
masculina y a las mujeres trans. Por poner algunos ejemplos.
Odaymara Cuesta y Olivia Prendes
Existen muchos feminismos, tantos como tantas mujeres
feministas hay. En nuestro feminismo lo que nos gustaría aportar es:
- Luchar siempre por derechos humanos para todas las
personas.
- Reconocer, señalar y deconstruir la opresión en todos sus
niveles.
- Crear espacios para consenso.
- Impulsar el cambio hacia una sociedad más justa y
equilibrada.
- Practicar la libre expresión y autodefensa.
¿Cómo valora la presencia del feminismo lésbico/queer dentro
del activismo LGBTI y el feminismo cubanos?
Teresa de Jesús Fernández
En el activismo LGBTI todavía queda mucho por hacer. Es muy
importante que se esté hablando y luchando porque no haya discriminación por
orientación sexual e identidad de género. Es muy importante que el nuevo Código
del Trabajo proscribiera la discriminación por orientación sexual, como es
terrible que no incluyera la identidad de género. Es algo que está pendiente.
Todo lo que se está haciendo es fundamental para todos. Lo que pasa es que la
realidad de la mujer lesbiana sigue estando invisibilizada, en desventaja.
Por todo lo que hemos estado hablando y por muchas más
cosas, hay mucho silencio a su alrededor. Ha existido, desgraciadamente, un
divorcio entre las feministas y las lesbianas. Históricamente, en las luchas
reivindicativas del feminismo, las lesbianas pasaron a un segundo lugar, las
mujeres heterosexuales sentían que ser lesbiana era inapropiado en un mundo
donde la heteronormatividad es lo que está permitido; ser feminista es ya
difícil, imagina ser lesbiana; eso no era pensable.
Lo más importante sería que el feminismo fuera uno solo. Que
el feminismo sea tan pleno que entienda que las mujeres lesbianas son mujeres y
que hay que luchar por los derechos de las mujeres y de las mujeres lesbianas.
Que cuando se hable de la violencia contra la mujer se hable de la mujer
lesbiana, y de la mujer transexual, que se hable de mujeres en el sentido más
amplio e inclusivo de la palabra. Ese ha sido un problema a nivel mundial y
también aquí. Las mujeres lesbianas siguen siendo una asignatura pendiente para
las organizaciones femeninas y las feministas cubanas.
Aunque poco a poco se irán abriendo más espacios, las
personas tomarán conciencia y las mujeres decidirán exponerse más. Por ejemplo,
ya existen varios documentales donde se habla de la transexualidad, del mundo
gay, pero el primer documental sobre mujeres lesbianas se hizo el año pasado,
en 2013, y ¿quieres que te diga algo?, fue difícil encontrar a mujeres que
quisieran dar la cara. Porque también hay mucha lesbofobia internalizada. Y de
ahí la dificultad de tantas cosas, pero sobre todo aquí también se ha perdido
—o no se conoce— la práctica de ciudadanía. Es necesario que las personas
empiecen a pensar como ciudadanos y ciudadanas, hacer prácticas de ciudadanía.
Eso implica mucha conciencia de sí, conocer nuestros derechos y querer
practicar cada uno de nuestros deberes. Y en la medida en que practiquemos
nuestra ciudadanía, nos será más fácil entender que los cuerpos sexuales son
cuerpos políticos y que tienen que funcionar de esa manera. Y que la política
es mucho más de lo que pensamos. Este es un camino largo, difícil, de estudio y
empoderamiento. Es un camino complejo e importante porque es un camino de
democracia. Entonces sabremos lo que es construir una sexualidad libre y
democrática.
Anabel Mitjans Alayón
Creo que está aumentando cada vez más la presencia de
discursos contrahegemónicos, antirracistas, lésbicos queer, que están surgiendo
de los márgenes de la sociedad de la cultura hip hop, de la poesía hablada, del
activismo afrodescendiente comunitario, desde una postura crítica desde la
academia. También veo un incremento de redes de apoyo, alianzas entre
diferentes posiciones feministas y la inclusión de varios discursos
emancipadores en algunas de las posturas políticas de las feministas y
activistas más jóvenes.
Pero esta presencia todavía necesita crecer más, ocupar
otros espacios de movilización cívica. Especialmente, es necesario influir en las
políticas gubernamentales oficiales desde una postura crítica.
Es importante también trabajar intencionalmente para
deconstruir esas ideas reduccionistas e ignorantes sobre los movimientos
feministas, desde propuestas creativas, interesantes y que respondan a las
necesidades de la sociedad y de las jóvenes generaciones.
Odaymara Cuesta y Olivia Prendes
Hemos concebido personas, familias, piezas, canciones,
poemas, pinturas, danzas, libros, artículos, investigaciones, estamos
trabajando en lograr el reconocimiento y la promoción que merecemos todos los
seres humanos.
Aun cuando no contemos con el apoyo de las instituciones de
los sistemas; aun cuando el patriarcado quiera silenciarnos, invisibilizarnos,
maltratarnos y desaparecernos; aun cuando nos rechacen organizaciones feministas y/o LGBTI; aun así, continuamos la
lucha y nos sentimos poderosxs, porque nuestros cuerpos son nuestras
plataformas, donde hacemos las revoluciones; nuestra sola existencia es arte y
contracultura. Diseñando nuestras propias vidas ya estamos educando y por todas
partes andamos resistiendo, sobreviviendo, errando, curando, perdonando,
amando.
¿Qué experiencias, proyectos, discursos protagonizados por
mujeres feministas lesbianas, bisexuales y trans puede distinguir? ¿Cuáles
considera sean sus principales aportes?
Teresa de Jesús Fernández
En el contexto cubano, muy poco. Puedo citar el blog
Negracubanateníaqueser; además, hay un grupo de personas que está trabajando la
teoría queer, por ejemplo la joven Anabel Mitjans transversaliza el tema con la
perspectiva racial y feminista. La doctora Ada Alfonso ha abordado el tema de
las mujeres lesbianas y la violencia, es una persona que ha aportado mucho.
Pero todavía no existe una Cátedra de la Mujer trabajando estos temas con sistematicidad
y no hay personas que estudien y teoricen sobre mujeres lesbianas, desde el
feminismo o no.
En la historia de Cuba, las feministas lesbianas no existen.
Aunque respecto al feminismo sí existe un record sobre las luchas de las
cubanas en los siglos XIX y XX, ¿quiénes de esas feministas se reconocen como
lesbianas? ¿Y tú me vas a decir que ninguna de las mujeres que lucharon por el
voto en los años veinte era lesbiana; que ninguna creadora, ninguna científica
lo era? Yo no me lo creo.
Aquí no tenemos espacios amigables para las mujeres
lesbianas, sí hay proyectos concebidos para los hombres gay que son una
población más empoderada. Ha habido intentonas, pero no han durado mucho. Me
gustaría que alguien propusiera un buen proyecto para que exista un espacio
abierto de diversión, de tranquilidad, de encuentro, que no tiene que ser igual
que los espacios diseñados para los hombres. Primero, porque las mujeres no
tienen el mismo poder adquisitivo que ellos. Segundo, porque si les das a
elegir, muchas pudieran preferir horas más tempranas, propuestas con más
variedad. Un lugar donde ellas se puedan sentir cómodas, sin ser objeto del
acoso masculino, ni inspirar fantasías al uso y consumo del deseo de los
hombres. Pero hoy esos pocos espacios que se abren al público lésbico están
pensados desde el sentido económico; no lo critico, pero sí creo que debieran
existir otras ofertas.
Anabel Mitjans Alayón
Entre las feministas que conozco que también tienen un
discurso lésbico o queer, en primer lugar se encuentran Las Krudas; su discurso
es una de las posiciones más críticas de la heteronormatividad y del sexismo
que prevalece en la sociedad cubana. Se reconocen como afrofeministas,
lesbianas/queer, veganas que apoyan la comida saludable y cruda, defensoras de
la naturaleza y los animales.
En mi experiencia, su activismo en sus comunidades, en la
cultura hip hop, en la sociedad en general, ha sido uno de los motores de
cambio de las políticas reivindicativas de los movimientos afrodescendientes en
Cuba, incluyendo la voz y la participación femenina y queer en la toma de
decisiones en estos movimientos. Por supuesto, estos logros son incipientes y
falta mucho por andar; no obstante, Las Krudas abrieron un camino para la
reivindicación afrofemenina y otras identidades de género en las comunidades,
entre intelectuales y activistas afrocubanos.
Las Krudas han fomentado y alentado a las raperas y poetas
del movimiento hip hop para que persistan con sus carreras como artistas, han
profundizado en cuestionamientos de las políticas sexistas y heteronormativas
que predominan en la cultura hip hop en Cuba; han fortalecido los vínculos
entre las mujeres del rap con otras feministas negras, lo cual ha permitido
primero formar alianzas y trabajar juntas desde diferentes posturas políticas
desde el feminismo negro. Han logrado también que muchas afrofeministas
reconozcan las profundas raíces transfóbicas, lesbofóbicas y homofóbicas de la
cultura hip hop y de los movimientos afrodescendientes en el país.
Negracubanateniaqueser o Sandra Álvarez es otra persona
feminista cuyo trabajo considero que tiene un fuerte impacto en las políticas
en torno a la comunidad LGBTQI(lesbianas, gays, bisexuales, transexuales,
queer, interséxuales) en Cuba, en el activismo lésbico y queer. Su blog ha sido
uno de los instrumentos más fuertes y radicales que los movimientos LGBTQI han
podido utilizar para llevar a la palestra pública nacional e internacional lo
que está pasando en la isla, las posturas políticas de los activistas e
intelectuales que están luchando por lograr plenos derechos como ciudadanos
para nuestra comunidad queer.
Me gusta mucho la obra de Sandra Álvarez porque también
comprende las intersecciones entre raza, sexo, sexualidad y clase sobre las
personas. Por ello su blog y su discurso político hablan no solamente sobre la
lucha LGBTQ, sio que incorpora en esa lucha y otras luchas diferentes factores
necesarios a tener en cuenta en el enfrentamiento a la homofobia. La labor de
Sandra Álvarez como periodista ha sido fundamental en el desarrollo de la
creación de alianzas entre diferentes feminismos, movimientos sociales y
académicos e intelectuales de los que hablaba anteriormente.
Yasmin Silvia Portales Machado es otra de las activistas e
intelectuales cuya postura política es una de las más radicales en cuanto a las
relaciones raciales y de diversidad sexual. La primera persona cubana que
conocí que se reconoce como queer con un entendimiento muy crítico de esa
teoría y modo de vida. Fundadora de Arcoíris, su trabajo es fantástico; ha
logrado visibilizar, desde una postura postcolonial, el tema de las diferentes
sexualidades y la necesidad de romper las estructuras económicas
heteropatriarcales para la emancipación de las innumerables expresiones
sexuales e identidades de género.
Fuente: SEMlac-Cuba
– Diversidad Sexual